Caracteristicas de la segunda parte del renacimiento sxvi

Los creadores buscaban la fama y el reconocimiento por su genio. Los nobles y burgueses querían ser representados con elegancia. La búsqueda de la perfección formal y el equilibrio compositivo se intensificaron. Esta sutileza en los contornos creaba un efecto de atmósfera y misterio. La pintura al fresco floreció en las paredes de palacios y capillas.

La luz y la sombra se usaban con maestría. En la arquitectura, se buscaba la armonía y la proporción perfecta. La imprenta permitió la difusión de ideas y modelos artísticos. Los grabados se volvieron populares y accesibles. El mármol cobraba vida bajo sus manos.

Los artistas capturaban su personalidad y estatus social. El Alto Renacimiento, centrado en Roma, magnificó la idealización clásica. La escultura se caracterizó por el dominio de la anatomía humana. Sus obras transmiten una sensación de vida y movimiento incomparables. La perspectiva lineal se utilizaba para crear una ilusión de profundidad.

La influencia de la filosofía neoplatónica se hizo evidente en el arte. Se narraban historias bíblicas y mitológicas con gran detalle. El concepto del "artista divino" comenzó a tomar forma. El espectador se sentía inmerso en el espacio representado.

El Manierismo, un estilo transicional, surgió al final del período. Figuras como Leonardo, Miguel Ángel y Rafael dominaron este período.