Programas específicos para las funciones ejecutivas
También se proporcionan recursos y apoyo continuo para fomentar el mantenimiento de las habilidades. Algunos programas se centran en la memoria de trabajo, vital para mantener la información en mente. Luego, se desarrolla un plan de entrenamiento personalizado para abordar las necesidades específicas.
Involucran a profesionales de diferentes áreas, como psicólogos, terapeutas ocupacionales y educadores. Estas evaluaciones pueden ayudar a determinar las áreas que necesitan mayor atención. Esto promueve la independencia y la autoconfianza. El coaching individualizado es una estrategia efectiva para mejorar la función ejecutiva.
Esta teoría implica proporcionar apoyo gradual al individuo a medida que aprende nuevas habilidades. Esto mejora la capacidad de mantener la calma bajo presión y de regular el estado de ánimo. El resultado es una mayor capacidad para pensar de manera creativa e innovadora.
El objetivo es aumentar la productividad y reducir el estrés relacionado con el tiempo. Se realizan evaluaciones periódicas para monitorear el progreso y ajustar las estrategias. Los programas enseñan a identificar y gestionar las emociones de manera saludable.
Esto facilita la resolución de problemas y la toma de decisiones informadas. El seguimiento a largo plazo es crucial para mantener los beneficios de los programas. El apoyo se reduce gradualmente a medida que el individuo se vuelve más competente. Se utilizan técnicas de mindfulness y estrategias de afrontamiento positivo.
Este enfoque integral permite abordar las diferentes dimensiones del funcionamiento ejecutivo. Se enseña a resistir distracciones y a posponer gratificaciones inmediatas. El trabajo en equipo garantiza una atención más completa y personalizada.
Incluyen ejercicios para dividir tareas complejas en pasos más pequeños. Estos programas enseñan a estimar el tiempo necesario para completar tareas.